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Mostrando entradas de abril, 2010

Un fin de semana bestial (1ª parte)

Se me acabó la baja maternal, parece mentira pero ya han pasado más de cuatro meses desde que recogimos a nuestros hijos en Ust-kamenogorsk. El momento en que nuestras vidas cambiaron para siempre o ¿quizás fue mucho antes el día en que los conocimos? O el día en que supimos de su existencia? En mi vida y por distintos motivos ha habido muchos puntos de inflexión, y un puñado nutrido de “antes y después” que me han cambiado la vida y me han cambiado a mi.Todos estos cambios, en la mayoría de los casos fueron por circunstancias dolorosas y de todas ellas traté de salir reforzada aunque en muchas de ellas las heridas han dejado cicatrices que me recuerdan que la vida no siempre es bonita, que puede ser muy aviesa, pero que merece mucho la pena no pasársela lamiéndose las heridas, porque lo importante es hacer frente a todas las batallas, y que de lo único que uno debe arrepentirse es de lo que ha dejado de hacer por miedo a equivocarse o por cobardía; cuando comprendes que tienes derec

Cumpleaños.

"Yo lo noto: cómo me voy volviendo menos cierto, confuso, disolviéndome en aire cotidiano, burdo jirón de mí, deshilachado y roto por los puños. Yo comprendo: he vivido un año más, y eso es muy duro. ¡Mover el corazón todos los días casi cien veces por minuto! Para vivir un año es necesario morirse muchas veces mucho." Ángel González Hoy es mi cumpleaños. En realidad he cumplido mucho mas que un año más, he cumplido 365 días muy intensos y no siempre propicios. Las tres cuartas partes me las pasé de luchadora consorte tratando de vencer al miedo y a la rabia de un castigo injusto de la vida como es la enfermedad que vino a cebarse en mi familia de nuevo y esta vez con los hombres de mi vida: primero mi hermano pequeño y luego mi compañero para lo bueno y para lo malo. Los dos cayeron enfermos y amenazados de muerte, castigados a un proceso de curación destructivo y terrible en el que muchos prefieren dejarse morir, una lucha a vida y po

Primer día de playa

Atardece que no es poco. “Hay que nombrarlo todo, antes de que tarde sea, y se quede sin sonido alguna cosa soñada...” Alfonso Canales Que no se me olvide ninguna cosa, que si no escribo yo este ocaso, habrá muerto un día de claridad, con un final espléndido para nada, que no se me olvide el color del hierro candente del ultimo instante de luz, que no se me olvide el derramarse en purpurina de las olas a su rastro frente a mis pies, el azul turquesa del mar bajo los vestigios de sol, la huida sincopada del tiempo y el astro de fuego, el borrarse el cielo sobre mi y ante mis ojos después de un derroche de infinitas violetas, que lo contaminaron todo con su color: la arena, las barcas que en ella reposaban, la caseta de pescadores antes de un blanco cal inmaculado, la bruma y el mar; todo es rosa y violeta, el velo que de ese color me borra las montañas del cabo, cediendo a la ilusión de que todo se volvió horizonte de mar que no hay fin que no existe la nada sino el inf