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Mostrando entradas de diciembre, 2012

3...2...1...0...: ¡2013!

Mañana será otro día, y otro año,  pero en realidad sólo habrán pasado unas horas que tendrán de especiales lo que nosotros queramos concederles: nostalgia, tristeza, alegría,  risas, ilusión... pero al día siguiente, cuando estrenemos un nuevo calendario, nuestra vida seguirá D.m. en el mismo punto exacto donde la dejamos el año anterior, el día antes. Cada cual mañana tendrá que reconstruir su cara en el espejo apartando de su frente los recuerdos que no les dejan avanzar,  componer nuestras miradas con el enfoque justo para que nos permita seguir mirando en los corazones de aquellos seres que nos ayudan a mejorar y todos, -unos más que otros-, nos vestiremos de esperanza, y saldremos a la vida, esa que a veces nos  ata con cordones que aprietan el alma y otras nos invita a danzar descalzos sobre cristales rotos, sobre verdades a medias de un mundo posible en el que ya nadie acaba de creer. Y con la resaca de un año mal destilado, saldremos al mundo vestidos de

Un Feliz Cada Día

Me encantan los villancicos, los antiguos y los "modernos" me gustan en inglés o en español  pero sobre todo me gustan los tradicionales cantados por niños. No quiero que se pierda la tradición de cantar villancicos en mi casa en Navidad, mis hijos ya los están aprendiendo y mientras cocinamos los ponemos y procuramos cantarlos. Esta navidad también. Hay un villancico que dice "Hoy es Noche Buena y en estos momentos no hay que tener pena", y aunque se tenga, y aunque sea honda, por un momento mágico he tenido la sensación de tener mucha suerte, suerte por ser capaz de sentir de corazón, porque la vida pese a sus mazazos no me doblega y soy capaz de generar buenas emociones y anoche en mi casa, en mi cocina, hubo un paréntesis donde todos estábamos bien a salvo de todo y juntos. Hizo además tres años de la llegada de nuestros hijos a nuestra casa, empezamos hace tres años una familia que hoy está -un poquito coja-, pero consolidada. Sólo tres años.... tanta

A veces se desborda el corazón

Cuando al vivir experiencias creamos los recuerdos aunque sepamos que luego vamos a atesorarlos, nunca le damos el valor que van a adquirir después. Últimamente y sin poder evitarlo se me desborda el dolor por los ojos, es como si mi corazón fuera un depósito que se fuera llenando de gotitas de evocaciones: un jersey extrañamente del mismo color naranja -tan difícil-, o un pájaro que se cruza delante de mi parabrisas (siempre consultaba con mi hermano qué pájaro podía ser) con su peculiar manera de volar y sus colores- por él se cómo es por ejemplo, un abejarruco-, o nos llamábamos si había una luna especial o por un cúmulo de nubes dibujando formas caprichosas en los cielos siempre azules de aquí... No podría encerrar los recuerdos en ningún cajón, porque todo lo que me rodea, el día a día de toda una vida está impregnado de él. Todo lo que me recuerda a él me va colmando el corazón y sin previo aviso, de repente un suspiro y se me desborda el dolor, como si se abriese una v

La primera hoja del calendario

"A veces veo sus ojos   en mis ojos sin brillo. Y la mano de mi hijo, anidada en mi mano, me hace sentir de nuevo el amor de su mano." (A. Salvador) Ayer cayó la hoja del primer mes del calendario de la vida sin mi hermano pequeño. Imposible no recordar cada día mil cosas, mil veces, lo malo es que a veces por una infinitésima de segundo si que me olvido...me olvido de que ya no esta y entonces, y entonces vuelvo a la realidad sin él y  pienso " Ya nunca más, verdad?" y me desespero. Pero tal y como le prometí sigo adelante, aunque me cuesta.