Este domingo en Motril tuvo lugar el 4º encuentro entre padres adoptivos de Andalucía de niños en su mayor parte procedentes de Kazajistán aunque también hubo niños que procedían de Rusia.
La primera vez que se se hizo este encuentro fue en el año 2007 apenas había tres niños y un montón de adultos, parejas y monoparentales que aspirábamos a ser padres por adopción, allí y entonces empezó la amistad y el cariño de un montón de hasta entonces desconocidos con una meta común -la adopción- y que teníamos los ojos puestos en ese también desconocido y lejano país: Kazajistán.
Algunos de los que nos encontramos entonces, en aquel encuentro, dos años después coincidimos en tiempo y lugar a 7500 kilómetros y nuestros hijos hoy se tratan como hermanos ya que procedían del mismo centro.
En cada encuentro que se ha realizado hemos visto crecer a los niños y en este último en el que los niños ya son más mayorcitos hemos podido además, dedicarnos a charlar y a compartir entre los padres mientras ellos jugaban felices, y así reforzar lazos y crear algunos nuevos.
En el encuentro del 2011 nos reunimos una veintena de padres con sus hijos y en esta de ayer 53 adultos y 36 niños pudimos compartir una jornada de charlas, risas y juegos en un ambiente cargado de emotividad ya que en los sucesivos encuentros hemos visto cómo nuestros hijos van progresando, hemos compartido sus peripecias, logros, contrariedades y obstáculos con los que nuestros hijos se encuentran (casi siempre en la escuela). Intercambiar estrategias, exponer algunas de nuestras dudas más comunes en el proceso postadoptivo y recordar nuestra aventura en aquel país del que podríamos escribir un libro con tantos capítulos como niños había…
El momento más emocionante sin duda fue cuando por fin pudimos reunir a todos los niños en una misma y larguísima mesa para comer, esas caritas de rasgos tan diferentes, todos tan expresivos, todos tan divertidos sabiéndose los reyes y promotores de semejante reunión y los padres y madres alrededor tan orgullosos de esos hijos que tantos esfuerzos han costado tener y ahora sacar adelante.
Otro de esos momentos fue el del brindis, por nuestros hijos, por el país de procedencia y por los aspirantes a padres adoptivos de los que se encontraban con nosotros una pareja joven, simpática y llena de ilusión, cuyo expediente se encuentra en el país desde hace un año y a la que todos animamos y arropamos desde el recuerdo de cómo cada uno de los que estábamos allí habíamos soportado lo que ellos están ahora padeciendo. ¡Mucha suerte!
Y por los organizadores Rafa y Carmen, para agradecerles el hacer posible un encuentro tan emocionante y a la vez tan divertido. Porque con estos encuentros se intercambian recuerdos se refuerzan lazos entre niños y padres y porque viendo disfrutar como locos a los niños jugando entre ellos además, nos proporcionan una inyección de energía y alegría para seguir adelante con este reto de ser padres y que tanto nos costó conseguir.