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Mostrando entradas de diciembre, 2015

Carta de fin de un año

Es Navidad, para unos un incordio, unas fechas vacías de significado y que vacían sus bolsillos, para otros una oportunidad de negocio, pero para muchos, entre los que me encuentro, son días en que algo dentro se mueve y hace renacer el niño que llevas dentro. Me pongo blandita, saturnina, taciturna y “platihonda” pero algo se me enciende en el mismo momento en que enchufamos las luces de nuestro árbol o en el que paseando reparo en las cada vez más menguadas luces navideñas de  la ciudad en la que vivo. Me gustan los escaparates decorados con esmero, los abrazos con los amigos que hace poco o mucho que no ves pero cuyos encuentros son más prolijos en estas fechas, adoro (sí, me pongo cursi) cualquier tipo de felicitación ya sea oral, visual, digital o por escrito  aunque las tarjetas  recibidas que decoran nuestro comedor cada vez son menos y más antiguas. Pero no todos los sentimientos son blandos… Me dan envidia las ciudades que se engalanan sin reparos y los pueblitos de

Para siempre

En esta Navidad, para el año que empezará y para siempre.