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Mostrando entradas de 2017

Ese duelo que no cesa. El duelo por el vuelo adolescente

En estas fechas hay emociones removidas y duelos que si no se han superado, regresan con una gran fuerza. Aparte de las situaciones de pérdida por muerte de seres queridos o por bancarrota emocional  (en las relaciones sentimentales) en la vida hay muchos momentos de duelo, de riguroso luto interno, que son difíciles de superar. Momentos de pérdida, de desmoronamiento interior que te borra de un plumazo la realidad que tu creías a pies juntillas que de pronto se desdibuja, se evapora, ya no existe y te das cuenta de que aquello que creías que era o que iba a ser, ya ni será nunca ni tal vez existiera, salvo en tu cabeza, aunque para ti fuera la mayor de las realidades y en tu mundo fuera tan real como el aire que respiras, que tampoco lo ves pero existe y sabes que es el que te hace posible vivir cada día. Y sufres, y te apenas, y te bloqueas emocionalmente, y lo peor es que muchas veces lo tienes que hacer en silencio porque a tu alrededor todo el mundo le resta importancia, lo m

Ocho años

Hace ocho años desembarcamos con nuestras ilusiones y muchos miedos en Kazajistán, apenas recién llegados sin tiempo para reponer las muchísimas horas de vuelo, los 7500 kilómetros que nos separaban de aquella aventura que creíamos (inocentes de nosotros) tocaba a su fin, por fin el proceso de adopción iba a terminar, aquellos años de papeleos, incertidumbre, cierres de países secuestros de expedientes, desinformación y deshumanización, llegaba a término porque habíamos llegado a nuestra meta, ser padres. El viaje y la estancia fue toooda una experiencia, las sensaciones y emociones que allí vivimos no tienen parangón con nada de lo vivido anteriormente, y nada acabó en aquel día, en aquel viaje, esperas, burocracia y deshumanización tomaron tintes más exóticos y la experiencia se dilataría aún muchas semanas más…pero eso es otra parte de la historia. Lo que importa es que tal día como hoy, una pareja, de la mano emprendía el viaje que cambiaría cuatro vidas para siempre, cono

29 flores

“El corazón es muy grande y en él, caben todas las personas a las que queremos”… les enseño a mis hijos que cada persona importante en nuestra vida pasada y presente tiene su parcela en la que crecen las flores y las plantas que corresponden a cada emoción que nos provocan. Hoy recorro tu parcela, con el alma encogida y la lágrima desprendida (justo al revés de cuando me enfado) me detengo en cada parterre, en el de diente de león con sus hojas duras y ásperas y tu ausencia se me clava como dentelladas felinas y aun así levanto y soplo su flor y pido un deseo(siempre el mismo)… En el de las Fuchsia o pendientes de la reina que hermosean cada imagen, cada frase que conservo intacta en la memoria,  y ese grupo de rosas antiguas de té,  menudas como tú, sin espinas, clásicas y elegantes que me recuerdan tu olor en cada abrazo, y ese manojo de peonías que le dan al conjunto ese toque de sofisticación al que aún aspiro. En una esquina, inevitables, crecen las ortigas blancas q

Emociones y sentimientos: La indefensión.

P rimero la teoría:  ¿Qué es la indefensión aprendida? Martín Seligman lo definió en 1975 como un estado de apatía inducido por la experiencia reiterada de la incapacidad de actuar de modo que se logre un resultado deseado o se evite un trauma emocional. Es decir cuando el bebé, o el niño pequeño asume que haga lo que haga nunca logrará lo que se propone o quiere. Los sujetos que sienten eso se abandonan a su suerte y ya no "plantan batalla". Muestran un mecanismo de desfallecimiento cuya función adaptativa podría ser el ahorro de energía ante una situación en que notan que la lucha es inútil. Esta indefensión se puede generalizar a otros ámbitos de la vida del niño (y posteriormente del adulto que será) dando lugar a sujetos extremadamente dóciles, con poca asertividad y baja autoestima. La indefensión aprendida sucede cuando estamos sometidos a una mala situación ante la que nos parece que no podemos hacer nada. Como creemos que es inútil luchar dejamos de hacer

Diferencia entre madre “verdadera” y madre biológica

-¿En “confianza” qué sabes de su “madre verdadera”? - Su madre verdadera soy yo… -No, ya sabes a qué me refiero… -No, tú no sabes a lo que me refiero yo.  Su madre,  la de verdad, la que mis hijos conocen, a la que acuden con sus males o sus miedos, con sus logros y conquistas,  soy yo, La “otra” , su madre biológica,  es su madre...imaginaria. Porque piensan en ella, claro que sí, y sí, mi hija la recuerda, pero de una manera vaga y borrosa, así que lo que no recuerda , las lagunas que de ella tiene, las salva con su imaginación. Su hermano, mi hijo pequeño, no recuerda nada, no tiene una figura, un retrato en su memoria, pero se la imagina, y se pregunta qué pasó, por qué no pudo cuidarles y si todavía se acordará de ellos y si les seguirá queriendo. No entiende aún muy bien lo que significa extrema pobreza, ni renuncia, pero entiende que nació de otro vientre, un vientre lejano que le albergó y qué ha sido un niño muy deseado, tanto como para recorrer cielo y tierra durante

Vivido lo vivido y por vivir.

 Recibo este día recordando:  A quien me lo enseñó todo en la vida menos a no añorarla, mi madre, a la que también le costó tanto tener hijos y que disfrutaba de este día para ella tan señalado como uno de los días más bonitos del calendario. A la madre de mis hijos aunque en Kazajistán no celebren este día hoy. Vivido lo vivido, convertirse en madre, no ha resultado tarea fácil. Como una actriz en paro, durante años recorrí oficina tras oficina y viajé miles de kilómetros, persiguiendo un sueño, una oportunidad, -para otros una locura-,   ¿Tanto luchar  por un papel de suplente? Leeré en muchos ojos recelosos. Reinventarme, improvisar, aprender con escaso acompañamiento y limitados medios a desempeñar , que no a representar , un personaje comprometido, tan ansiado como complejo. Creérmelo y hacerlo creíble, del tirón sin ensayos, sin dobles ni especialistas, hacerlo para unos niños descreídos del profundo significado que la palabra madre debe de poseer, y conquistar sus cor

Madres presentes, no hiperprotectoras

Educar es una lucha y uno de los campos de batalla más feroces es la escuela. Allí nuestros hijos se enfrentan solos a muchas cosas, a sus compañeros, a sus profesores que no siempre les entienden, a horas de tensión y también a nosotros, sus padres, padres que tenemos que hacer encaje de bolillos para que nuestros hijos ganen en autonomía, en reponsabilidad, que tenemos que marcarnos pulsos con maestros y orientadores, con normas y metodologías que no siempre facilitan las cosas y a veces hasta con la incomprensión de otras madres, porque parece que somos las madres, y como madre hablo, las que acusamos este pecado . Hace muy poco, en una más de las conversaciones que con otras madres como yo, mantenemos con el tema central que más nos preocupa, una de ellas me contaba que en una acampada en el colegio de sus hijos no había dejado quedarse a su hijo pequeño (8 años) a dormir porque no sabía cómo gestionaría su hijo el quedarse "solo" de noche en un escenario tan desconoc

Hijos y madres de primera

Soy madre de dos niños de primera.Nuestros hijos son pequeños grandes héroes luchadores y supervivientes. Cada niño adoptado tiene en su corta vida una historia previa muy dura.