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El verano ya llegó


Con una divertida noche de San Juan entre amigos y vecinos, dimos la bienvenida al verano y despedimos el curso escolar, llegó el verano y se acabó el cole, llegaron las notas, este año menos generosas, más realistas, pero menos compensatorias del trabajo que nos ha costado sacar el curso. 
Todo aprobado,  con bien y como destacable la lengua con notable y la educación física con sobresaliente. Estoy contenta, pero no tengo la sensación del trabajo cumplido porque tenemos tanto retraso, tanta falta de conocimientos y experiencias cotidianas que mi sensación es la de escalar una montaña de la que apenas hemos alcanzado un repecho muy bajo. Pero como decía Confucio "Hasta la más larga caminata empieza por un pequeño paso". Y alguno hemos dado.
Estoy agotada, ha sido un largo curso de tiras y aflojas, de una oposición pasiva, con una resistencia pertinaz a cualquier requerimiento, una postura absolutamente frustrante que chocaba de frente con la oposición abierta y provocadora de Nacho. Si me preguntan no sé cual es peor.
La conducta de Diana es como una estrategia de desgaste, posponiendo hasta el extremo las tareas sean cuales sean, haciéndolas mal, pero sin malicia, termina por darte la sensación de que le estás exigiendo lo que no puede. Algo que queda desmontado cuando la motivación es fuerte –ir o no a un cumpleaños, por ejemplo-,e idéntica antes ardua tarea se convierte en algo solucionado en tiempo record. Entonces la imposibilidad  se convierte en eficacia…y encima tienes que dar saltos de alegría!
Para poder acabar el curso, y que no se nos fuera todo al garete, hemos tenido que recurrir a todas las tácticas de manual y creo que alguna más hemos añadido de nuestra cosecha. La que me dio resultado en las dos últimas semanas (justo para los últimos exámenes) fue el llevarme a Diana de compras y comprarle ropa tipo Hanna Montana (eso si light, sin hombros descubiertos, ni escotes inapropiados) y llegar a un acuerdo con ella para desmontarle esa oposición tan firme que no había manera de suavizar, ni con otros incentivos ni con castigos.
El acuerdo era que cada tarde cada una de las dos escogía un conjunto de ropa para llevar al cole el día siguiente, ella escogía pantaloncitos mini short, y camisetas de lycra y yo pantalones bermudas tipo deportivo y camisetas “normales”, amplias de cuello caja y manga corta mas bien unisex. Escogía yo con mucho cuidado lo menos parecido a Hanna Montana, antes de ponerse a estudiar yo le colocaba encima del sofá del estudio ambos modelitos… el primer día no surtió el efecto deseado, tal vez porque no se creía que cumpliría mi parte del trato y que no la mandaría al cole con esa ropa, ropa que por otro lado estaba nueva, aunque no era desde luego muy coqueta, ella sabe que me gusta que siempre vaya guapa. El segundo y el tercer día si que surtió efecto y Diana hizo sin demora las tareas e incluso adelanto algo de un examen de cono. Tira y afloja, el cuarto volvió a fallar mi estrtegia y de nuevo se fue al cole con ropa deportiva… y con un enfado monumental. Como le diría a una buena amiga mía, mamá de otra kazajita: “mi mamá cuando no hago las tareas me castiga a ir al cole con la ropa vieja”…
Así ve ella mi estrategia, la ropa desde luego no es vieja (no puede serlo por el tiempo que llevan aquí y por los estirones que pega la condenada que ya no le encuentro ropa de niña para su talla…pero si lo es para ella en contraposición a su ropa nueva a la moda como van sus amigas, la ropa que le hace sentirse pertenecer al clan y que ha sido mi aliada para aprobar los últimos exámenes.
 Con sus más y sus menos a fuerza de “negociar” con la imagen, hemos conseguido acabar el curso, con todo un poquito mejor que aprobado, pero con mucho agotamiento.
A toro pasado y con el curso aprobado, empieza la escuela de verano, este año los apuntamos a los que se imparten en la universidad, todo deportes mucho juego, algo de inglés y lo más importante: cursos de natación, que Nacho en cuanto pilla un descuido se tira al agua y le da lo mismo en el lado de la piscina en el que esté, o como de picado esté el mar.

No tengo la sensación de haber llegado a ninguna meta, ni siquiera de haber superado una etapa en lo académico, porque me temo que los conocimientos adquiridos con tanto esfuerzo se han borrado en los cuatro días de vacaciones que llevamos, como si hubieran estado escritos todos en la arena y los hubieran borrado las olas, en un golpe de mar, Cada día Diana tendra que leer un poquito o hacer un par de cuentas y pasar un ratito con los acertijos y jeroglíficos del método Apdi, para que su mente no se cierre, para que sus neuronas encuentren nuevas conexiones que nos ayuden a seguir avanzando.
 Qué difícil es recuperar siete años de practicamente nula actividad cerebral y el desorden de su mochila sentimental, pero confío en que llegará un día en el que de alguna manera todas las cosas que ahora está aprendiendo, todas las experiencias que nunca ha tenido, conformen el puzle que la normalicen y pueda florecer también todo lo bonita que  es desde dentro afuera. 


Mi niña… Mi niña que desde hace un tiempo ha empezado a incluirse en los dibujos que me hace, antes sólo me pintaba a mi, mamá princesa, mamá hada, mamá vestida de fiesta, barbie-mamá… ahora en sus dibujos se pinta a mi lado, cerquita o de la mano, las dos sonriendo… y sus dibujos me hablan de que entre nosotras, pese a mis enfados y mis estrategias...todo va bien.  

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