Llevo un finde semana
que no salgo de mi asombro y eso que me paso la vida entre datos e informes leyendo y rebuscando y
creía que estaba fuera del alcance de estupores y sorpresas, aunque nunca me resultan los hallazgos indiferentes.
Según y de donde
vengan los datos a veces
-cómo es ahora- no se me cierra la boca del pasmo. O sí…
y me siento como un besugo abriéndola y cerrándola a cada dato que me
tropiezo.¿Qué ha cambiado? Porque estos datos no son nada "vagos", son actuales, son
fehacientes y son tremendos.
Los pasados 16 y 17 de
abril asistí in streaming - gracias a las nuevas tecnologías y sobre todo al
trabajo del fantástico equipo organizador- al I CONGRESOINTERNACIONAL INFANCIA Y ADOLESCENCIA organizado´´ por la facultad de Trabajo
Social y Servicios Sociales de la Universidad de Granada.
Allí, en la mesa que trataba el tema La búsqueda de los orígenes de los adoptados,
Diana Marre nos facilitó unos datos tan actualizados como descomunales: En
Nuestro país actualmente hay 23.800 certificados de idoneidad concedidos no
resueltos, es decir que “no han sido satisfechos con una adopción “ fueron sus
palabras textuales.Así comentó que hay una media de 1080 adopciones
internacionales resueltas al año y se siguen aceptando solicitudes de
adopción…
Seguro que quienes
estén en este mundo angosto de la adopción
estará tan atónito como yo. Porque todos sabemos qué los procesos son
tortuosos,dilatados y enmarañados pero estos datos contrastados son cuando menos para
pasmarse. Aunque quien más quien menos dirá…ya lo sabía, ya me lo imaginaba…
Pues yo
me acabo de caer del guindo, y no por esos datos solamente –que también- al
sumar dos y dos, me salen 20 años… no… sino porque para mayor estupefacción leo
a Susanna Tamaro (conocida escritora por su “Donde el corazón me lleve”) en un
artículo de la revista digital Mujeres Hoy titulado “Niños abandonados”( aquíos dejo el enlace) y me encuentro con el tercer dato abrumador…en el mundo hay 165
millones de niños abandonados…
Desde ese renglón del
artículo ya tengo la mandíbula desencajada. Y a los padres adoptantes les piden paciencia porque “no
hay niños adoptables”…
Puestos a dar datos sigo con los datos que
compartió Diana Marre en su charla de Granada en la que nos contó que cada niño tutelado por el estado español viene
a salir por la friolera de 4000 € MENSUALES de media, en claro contraste a los
250€ que se destinan a la recuperación de la familia biológica.
¿Y cómo esta
diferencia? Porque todos los servicios de tutela están externalizados con lo
cual Diana Marre lo sugirió y yo lo pienso en voz alta..¿Interesa que esos niños
encuentren una familia?...Si.. ¡Qué fuerte! -que diría mi hija-.
Más datos para la horchatalización de la sangre:
desde
1997 en nuestro país se han producido 52.800 adopciones internacionales (las adopciones en otros países comenzaron a principios de los 90)
En la actualidad en centros de nuestro país hay 35.000 niños bajo alguna clase de tutela.
En la actualidad en centros de nuestro país hay 35.000 niños bajo alguna clase de tutela.
Creo que las cuentas no salen, creo que
tenemos un suspenso garrafal, no ya en matemáticas sino con los niños, en esta delicada asignatura que
es la justicia social. ¡Porque encima con esos 4000€ no estamos consiguiendo
niños felices! Los niños institucionalizados son niños que sufren y lo hacen
sostenidamente.
No acabo de encajar ni los datos ni la mandíbula.
Y lo peor es que con tanto estudios antropológicos, tanta convención de la
Haya y tanto aparato burocrático, no puedo sino darle la razón a una madre cuya
hija adoptiva tiene un serio problema de discapacidad que no se cura con el mucho
amor que ella le pone. Hace dos días en una conversación telefónica me decía -Y lo que hablaba lo hacía con conocimiento de causa- al
hilo de los seguimientos postadoptivos, que había pedido al país de origen de su hija unos
informes médicos que allí el leyeron y que
le eran de gran necesidad y había obtenido …Nada. No se me olvidan sus palabras:
“No les importan los niños, en realidad todos
son unos tecnócratas que lo único que hacen es su trabajo y además mal hecho,
porque no trabajan con niños, trabajan con estadísticas.”M.