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Otoño tras otoño

Según dicen llegó el otoño. Le temo y lo deseo, el otoño siempre ha sido punto y final y principio de muchas etapas importantes de mi vida. En otoño se separaron unos padres que nunca dejaron de contender por la predilección de sus hijos en detrimento del otro. Los sucesivos cambios de ciudad, de casa, de colegio, de compañeros y hasta de amigos. Un otoño se llevó para nunca volver a nuestra madre, una mujer única y distinta. Una rosa de invierno. El mismo otoño en que aprendí a hacer lo único que ella no me había enseñado y que cada año desde que nos dejó le “reprocho”: no me enseñó a vivir sin ella. En otro otoño –muchos años de una vida  detenida entre paréntesis después- aprendí a vivir conmigo misma, viviendo sola de verdad, una nueva vida, llena de vida. Cinco años después, otro otoño me haría vivir uno de los momentos más felices de mi entonces muy feliz vida: el día de mi boda con Eduardo. Nada ni nadie podría haberlo empañado. Comenzamos nuest...

Instantes e instantáneas

La vida está hecha de momentos, momentos que crean recuerdos que cada uno guardamos a nuestra manera, momentos rosas,momentos naranjas con sabor a las fiestas de cumpleaños infantiles.... Luego pasa el tiempo y el mismo recuerdo es tan distinto entre las personas que compartieron idénticas circunstancias que al ponerlas en común parece que fueran fotogramas enfocados desde cámaras distintas. Tal vez sea eso. Cada uno enfoca lo que le sucede desde su particular objetivo. Veo las fotos que cada uno hemos hecho en este viaje: Diana, Eduardo y yo misma y muy pocas se parecen . Me he hecho un álbum con fotos de los tres y cuando se lo he enseñado a una amiga me ha preguntado ¿sólo tienes fotos de tus hijos? Pues no, tengo fotos de mis hijos, de mi hijo él solito que es el que me llena el móvil de caras y ocurrencias, de mi hija Diana con su dulzura infinita que no te cansas de admirar, de mis hijos conmigo en cada lugar en los que hemos estado, de ellos juntos ...

Vacaciones calidade

El lunes empieza el cole, no puedo decir que me apetezca ni que no.Por un lado las mañanas  me gustan ahora sin prisas en los desayunos ni en las salidas del cole, dos cosas que aborrezco. Por otro lado, en lo referente a  las tareas -otra cosa que me agobia muchisimo-,hemos pasado el verano repasando, sin prisas, pero sin  tregua, haciendo caminitos neuronales, entrenando las neuronas de Diana, intentando rellenar huecos en su aprendizaje, que es como un queso gruyere blandito   cuyo interior está lleno de laberintos por donde una y otra vez nos perdemos hasta en los conceptos y conocimientos más básicos. La he tenido conmigo achuchándole e incentivándola con meriendas y alguna golosina y a Nacho, que tampoco se ha librado, sentándolo   algunos ratitos a resolver pequeños ejercicios de colorear o de atención, para entrenarlo un poquito y para que ejercite el trazo que lo tiene bastante desmandado Pero este verano mientras yo trabajaba ha sido Eduardo el ...

Ausencia de malicia

“Había una vez una niña que quería ser muy lista porque se había dado cuenta de que la inteligencia era la mejor crema de belleza, al principio le costaba mucho trabajo estudiar, pero cada día trabajaba un poquito y aprendía cosas nuevas que antes no sabía porque  que desde que estudiaba la gente le decía que cada día estaba más guapa.” Diana Diana sacó el cursó bien, a fuerza de mucha insistencia  y sobre todo mucha constancia.  Es un aprendizaje duro y dificil porque tiene muchas lagunas, no sólo de conocimientos –que también-, sobre todo de experiencias. El otro día anunciaron un programa de televisión “Orcas asesinas” y vino a peguntarme si lo podríamos ver porque tenía muchísimo interés en ver  como conseguían ser asesinas las orcas. Le pregunté si sabía lo que eran orcas y lo tenía clarísimo, además había visto hace poco la segunda parte de liberad a Willy. Me extrañó que tuviera tanto interés en algo tan desagradable como era ver ...

La sonrisa del corazón de piedra

Ayer en la playa estábamos jugando en la arena, buscando piedras especiales, Diana todo lo que encontraba eran corazones, ella es todo amor y ve corazones por toooodas partes, tengo la cesta de la playa llena de piedras con esa amorosa forma,  cada una me la regala como si me regalara su propio corazón. Claro yo me las quedo ! Y buscando piedras raras, encontramos una con forma de estrella… un montón con forma de huevo (las favoritas de Nacho) y sobre uno de los corazones de Diana dibujamos una cara, una piedra redonda   rosacea una piedra casi idéntica pero de otro color y otro mineral, una piedra negra que parecía una nariz….  Y de pronto Nacho dijo: -¡Mamá, espera! Voy a buscar la “sonrisa”. No dijo la boca, no…dijo…”la sonrisa”.

La necesidad de sentirse útil.

El blog,  "Al otro lado del hilo rojo"    comenzó su andadura cuando ya llevaba tres años persiguiendo el sueño de convertirme en madre por adopción. Lo empecé por dos motivos: el primero era la necesidad de recoger mis experiencias en el camino hacia mis hijos y el otro por razones  "terapéuticas", para hacer más llevadero ese largo camino.  Luego siguió como un cuaderno de bitácora de nuestro viaje y nuestro proceso de paternidad, recogiendo momentos, pensamientos y emociones que como terapia  personal  volcaba en el blog. Así ha ido recogiendo lo que más me preocupaba y lo que más me llenaba de felicidad, y entre esas preocupaciones indagué y busqué uno de los temas que con más incidencia se presentan en nuestros hijos, sean o no  por adopción y escribí una entrada sobre el trastorno por déficit de atención, para poder entenderlo y compartir lo que había averiguado con quienes pudieran leerme y tener una preocupación sobre este ...