
El caso de Carmen era distinto, parece ser que en el documento que les dio el ICCA (Institut Català de l’ Acolliment i l’ Adopció) que este organismo expide expresamente para este tramite consular, no le satisfizo a este señor y les solicitaba el C.I. original, Carmen en España tenía uno pero en catalán, porque el que le dieron en castellano ya lo había entregado en su día para el expediente, Juan el marido de Carmen ya al tanto por medio de la oficina de Petites Principes de la petición, estaba dispuesto a enviárselo, pero este señor que es valenciano -y según le confirmó a Evelyn- entiende el catalán, no quería admitírselo…pero aún así Juan a falta de otro documento oficial en castellano, se lo envió por fax.
“Sobre los Fernández” -o sea nosotros- le comentó a Evelyn

Cuando Evelyn nos contaba su entrevista con este personaje y que incluso Alma había llorado de impotencia ante la obcecación de este sujeto, a mi la sangre se me fue a los pies, Evelyn no traía con ella los visados y hasta que no los viéramos y aún mas hasta que no estuviéramos fuera del país no iba a respirar tranquila.
Después de volver Evelyn, Carmen se fue con la chiquitina Luba -que ya estaba un poquito mejor, pero seguía pachucha-, al apartamento, estaba empezando a oscurecer y a hacerse el frío más intenso, Evelyn, Nikita y nosotros cuatro bajamos al supermercado a comprar para cenar todos en casa y para los desayunos del día siguiente ya que Evelyn y su hijo saldrían bien temprano en la mañana, -creo recordar que vinieron a recogerles sobre las cinco de la madrugada-, cuando terminamos las compras regresamos al apartamento y al rato llegó Alma con nuestros expedientes y los pasaportes con sus correspondientes visados, los revisamos y quedamos al día siguiente con ella para que nos llevara al aeropuerto, a Nikita y a Evelyn los recogería Malik de madrugada, pues su vuelo salía muy temprano.
Comimos variado y muy bien en la misma planta donde el día anterior estuviéramos esperando a Evelyn y sus noticias. Despues regresamos al apartamento, enseguida llego Alma y como no cabíamos todos y nuestras maletas en su coche, llamó a un taxi que tardó lo suyo, tuvimos que reapartirnos entre los dos coches y sin mas contratiempos pasamos los controles de inmigración, y cogimos nuestro vuelo para Frankfurt.


Un proceso de adopción es un camino larguísimo y jalonado de altibajos, de amenazas de suspensiones, de cierres de países, de exámenes constantes, de renovación de certificados … y en nuestro caso lo hemos visto peligrar por la enfermedad de Eduardo por doble razón, primero porque temimos seriamente por su vida y después porque el haber padecido una enfermedad como es el cáncer fuera un impedimento para la adopción, hemos visto pasar los años sin avances en nuestro proceso, años en los que nuestra fortaleza ha sido puesta constantemente a prueba, quien lo ha vivido, lo esté sufriendo o quienes le acompañen de cerca en el proceso saben de lo que estoy hablando con toda su intensidad y sus matices.
Quienes llegamos a conseguirlo el viaje de encuentro y mas aun si cabe, el viaje a recoger a los que ya son nuestros hijos es lo más esperado en la vida, y debería ser un tramo de felicidad y alegría.
Normalmente unos padres adoptantes no permitirían que nadie les pudiera estropear este momento, y nosotros somos personas resolutivas, dos luchadores a los que tampoco cualquiera podría ensombrecerles esos momentos, por desgracia si hubo quien lo hizo, muy a nuestro pesar, porque amenazó hasta con deshacer nuestra recién creada familia y lo que mas me entristece es que hayan sido enturbiados nuestros momentos de una forma tan gratuita y tan mezquina.

Hoy sabemos, por españoles que han vivido allí por trabajo, que desde la embajada les han hecho la vida difícil,(Gracias Carmiña por tus mensajes, has sido uno de los acicates que me ha dado fuerzas y respaldo para continuar relatando nuestra mala experiencia con la embajada y quien en ese momento la apoderaba).

Cuando al fin cruzamos los puestos de control de pasaporte y aún cuando cruzamos la puerta de embarque y nos sentamos en nuestros sitios en el avión sentí como si mis pulmones se desplegaran como alas de mariposas, un suspiro de alivio, y unas ganas enormes de echarme a llorar fue lo que sentí cuando por fin el avión despegó con todos nosotros dentro rumbo a Frankfurt, y un mayor alivio cuando horas mas tarde cogimos el vuelo a Barcelona donde Juan el padre de Luba y su familia le tenían preparado un maravilloso recibimiento, pese a lo tarde de la hora, en el que nos incluyeron, amigos y su familia mas cercana habían venido a conocer a su nuevo miembro, la preciosa Luba y a abrazar a Carmen, que había recorrido medio mundo para ir a recogerla…
… Juan y Carmen el viaje más largo de su vida, con tanto sacrificio y tanta lucha, tenéis una familia estupenda de la que ya nos sentimos parte. Gracias también por acogernos.
Esa noche dormimos los cuatro en su casa, que estaban como locos con su niña al fin juntos y en casa.

En momentos tan apurados como estos o bien tienes una psicología y una templanza digna de Nobel de la paz o bien pierdes los papeles…está el camino intermedio y es echar mano a los conocimientos adquiridos gracias a la letra impresa y es cuando compensa ocupar el tiempo de espera leyendo manuales y ensayos sobre adopción porque para un momento así sus enseñanzas vienen de maravilla y te dan la templanza y la psicología necesaria.
Con mucha tranquilidad y cariño, en ropa interior como estaba la ayudé a meterse en la cama de nuevo (ya todos estábamos vestidos y los mayores íbamos a desayunar) y le expliqué de nuevo medio en ruso medio en español que no había otra alternativa que ponerse esa ropa a lo que la niña me gritaba que no cada vez con mas rabia, tanto su padre como yo e

Cada pocos minutos entraba a verla y la abrazaba le decía lo mucho que la queríamos y le volvía a repetir que no tenía otra ropa que ponerse y que encuanto se calmara y se vistiera nos iríamos a Almería donde nos esperaba nuestra perrita Bruna, Juan y Carmen tienen a Lala una perrita preciosa y muy cariñosa que a Diana le había encantado y estaba todo el rato preguntando si Bruna viviría con nosotros, si también sería suya…
Poco a poco Diana se fue calmando y hubo un momento que accedió a ponerse la ropa con un “bueno me la pongo hoy pero mañana no..¿vale?” ¡y volvió a ser la niña de siempre! A besarnos a abrazarnos…
Por fin salimos todos hacía Almería, nos quedaban muchas horas y kilómetros en coche, y los niños se portaron de maravilla si exceptuamos a la pobre Diana y las
comidas, negarse a comer fue la otra formula que escogió para demostrarnos su miedo ante lo que estaba viviendo, pero creo que ni ella misma sabía lo que le estaba pasando.
Conseguimos que se comiera un par de yogures en todo el viaje, ni los macarrones que escogió ella misma en un buffet libre en una de las zonas de descanso de la autopista ni las galletas de merienda, ni el sándwich de york y queso que pedimos para cenar, nada, Con las paradas que hicimos para descansar, ir al baño, cambiar los pañales a Nacho y para que estiraran las piernas el viaje se alargó muchísimo, menos mal de Caillou y de Pocoyo, que los tuvo entretenidos en el coche todo el rato en que iban despiertos.
Llegamos sobre las once a casa de mi hermano pequeño, donde estaban impacientes por conocer a sus sobrinos pero los dos iban dormiditos y tuvieron que salir a verles al coche, recogimos a Bruna que nos la estaban cuidando ellos y Diana se despertó completamente y se le iluminó la cara, ¡se cayeron bien las dos desde el primer momento!
Llegamos a casa y se la enseñamos, su cuarto ya lo conocían por fotografías y les pareció “guapíííísimo” luego hemos podido constatar el acierto de ponerlos juntos, ya que es Diana a la que le da miedo dormir sola, y cada noche me pregunta sobre las vavaikas (brujas o fantasmas), la primera vez le dije que en España no existían y eso le tranquilizó, pero aún así le gusta acostarse al mismo tiempo que Nacho.
Con un vaso de leche grande y unas galletas, enseguida se fueron a la cama, y los cuatro dormimos de tirón… hasta las cuatro de la mañana en que oímos un “mamaaaaaaaaa” desgarrador, era Nacho, fui hasta su camita lo cogí un momento y volvió a dormirse (aún lo hace alguna que otra madrugada de vez en cuando, creo que es para comprobar que estamos ahí, porque ahora solo me toca la cara y se vuelve a dormir) tras esto volvimos a coger el sueño enseguida, estábamos agotados. Al día siguiente 24 de Diciembre ninguno de los cuatro madrugamos.

Conseguimos que se comiera un par de yogures en todo el viaje, ni los macarrones que escogió ella misma en un buffet libre en una de las zonas de descanso de la autopista ni las galletas de merienda, ni el sándwich de york y queso que pedimos para cenar, nada, Con las paradas que hicimos para descansar, ir al baño, cambiar los pañales a Nacho y para que estiraran las piernas el viaje se alargó muchísimo, menos mal de Caillou y de Pocoyo, que los tuvo entretenidos en el coche todo el rato en que iban despiertos.

Llegamos sobre las once a casa de mi hermano pequeño, donde estaban impacientes por conocer a sus sobrinos pero los dos iban dormiditos y tuvieron que salir a verles al coche, recogimos a Bruna que nos la estaban cuidando ellos y Diana se despertó completamente y se le iluminó la cara, ¡se cayeron bien las dos desde el primer momento!
Llegamos a casa y se la enseñamos, su cuarto ya lo conocían por fotografías y les pareció “guapíííísimo” luego hemos podido constatar el acierto de ponerlos juntos, ya que es Diana a la que le da miedo dormir sola, y cada noche me pregunta sobre las vavaikas (brujas o fantasmas), la primera vez le dije que en España no existían y eso le tranquilizó, pero aún así le gusta acostarse al mismo tiempo que Nacho.
Con un vaso de leche grande y unas galletas, enseguida se fueron a la cama, y los cuatro dormimos de tirón… hasta las cuatro de la mañana en que oímos un “mamaaaaaaaaa” desgarrador, era Nacho, fui hasta su camita lo cogí un momento y volvió a dormirse (aún lo hace alguna que otra madrugada de vez en cuando, creo que es para comprobar que estamos ahí, porque ahora solo me toca la cara y se vuelve a dormir) tras esto volvimos a coger el sueño enseguida, estábamos agotados. Al día siguiente 24 de Diciembre ninguno de los cuatro madrugamos.
