Ayer a las 21 horas se marchó para siempre mi hermano
pequeño, mi amigo, mi confidente, mi héroe.
No nos deja solos porque estamos tan llenos de él que vivirá
para siempre en nosotros, con nosotros.
Su manera de llevar su enfermedad y de vivir sus increíbles
años de lucha ha sido una lección de vida para todos.
Mi hermano no perdió la batalla contra el cáncer porque se
fue como un triunfador habiendo firmado la paz con la vida y con la muerte. Eso si, para
quien tuvimos la suerte de conocerle… de quererle, el mundo desde ayer es mucho
más aburrido y mucho más triste.