P or fin llegaron los días de vacaciones para mí, días de dedicación exclusiva sin tener que pensar salvo en el instante presente: donde paramos, –mamá me hago pis-, donde comemos –mamá tengo hambre-… Si hay algo que me haga sentir plena es vernos a todos en el coche Bruna incluida y hacer millas, dejando atrás todo lo demás. Este verano, es el primero después de seis años que no estaremos pendientes del teléfono, que iremos todo lo lejos que podamos sin miedo a tener que regresar de urgencia. Por primera vez no tendremos el corazón encogido con la preocupación y la pena del estado de salud de mi hermano pequeño ni el de Seve, -el muy querido suegro de mi hermano mayor-, ni la intranquilidad por el diagnóstico largamente postergado de la hija menor de mi amiga... Es muy fuerte, pero se me hace raro.Tengo la sensación constante de que me olvido de algo. Del trabajo y las demás preocupaciones cotidianas, siento como voy abandonándolas a cada pocos kil...