En donde vivo hay muchas clases de pájaros, tengo la suerte
de vivir al borde del Parque Natural Cabo de Gata y durante todo el año escucho
distintos sonidos de pájaros y hay uno que me desconcierta. Es un sonido peculiar, un silbar hacia adentro, una especie
de estertor, un silbido aspirado como cuando alguien tiene problemas respiratorios…antes
de escuchar el video, prueba a hacerlo y sabrás a qué me refiero.
La otra mañana muy temprano tendida en la cama con las
primeras luces del recién estrenado verano lo escuchaba. Parecía como si sólo
ese pajarillo y yo estuviéramos despiertos porque no había ningún ruido más, ni
sonido alguno producido por humanos ni animales. Sólo ese pajarillo y me
inquietaba oírlo, me molestaba…si no lo oyera ya tantas mañanas pensaría que algún
polluelo estaba agonizando. Se me había quedado
tan fijado en la mente que ya lo distinguía claramente aunque hubiera otros
muchos pájaros piando con él y sobre el ruido del viento y de los coches. El caso
es que lo busqué en internet. Y me costó un poquito. La hembra parece un
gorrión con cara de sueño y el macho tienen un característico antifaz y no suelen verse por estas latitudes pero les gusta anidar en los tarays y además sus
nidos parecen un calcetín viejo colgando de una rama y recuerdo que en un paseo
por la rambla vi un nido así y me pareció más de una araña que de un ave. Como
pasa con todo, conociendo más a este pequeñajo he logrado no centrarme en su
canto ni dejar que me rompa la armonía de los demás cantos que tanto me
acompañan y tanto me gustan oír .Y digo “me” rompa, porque a los demás miembros
de la familia lejos de molestarles, les hace gracia. Así que era yo la que me
lo tenía que hacer mirar.
Y de pronto pensé que ese pájaro no sabe piar de otra forma.
Él hace lo que tiene que hacer y cómo únicamente sabe hacerlo. Y que no me
guste a mí o que chirríe en mi interior porque conecte con recuerdos intensamente
dolorosos, no le hace culpable de piar así. Ni lo hace menos valioso para el
entorno.
Y me vienen un montón de analogías que podría aplicarse a nuestros niños y a algunos maestros. Muchos de los niños que han sufrido adversidades cuando su vida estaba empezando pueden intentar llamar la atención y comunicarse de manera molesta y chirriante, pueden resultar diferentes y puede que como el moscón, se encuentren desplazados. Pero si se es capaz de molestarse en conocer un poco más sobre ellos también puede que nos enseñen incluso una lección sobre la vida y la supervivencia y hasta echemos de menos su canto si un día no se produce.
Y me vienen un montón de analogías que podría aplicarse a nuestros niños y a algunos maestros. Muchos de los niños que han sufrido adversidades cuando su vida estaba empezando pueden intentar llamar la atención y comunicarse de manera molesta y chirriante, pueden resultar diferentes y puede que como el moscón, se encuentren desplazados. Pero si se es capaz de molestarse en conocer un poco más sobre ellos también puede que nos enseñen incluso una lección sobre la vida y la supervivencia y hasta echemos de menos su canto si un día no se produce.