Tengo el blog un poco retrasado, tengo más cuentos por subir, un post sobre el cumpleaños de Nacho y un puñado de anécdotas y de cosas que me gustaría compartir pero no me resulta posible porque ando desbordada y agobiada por el maldito-bendito trabajo y estoy con falta de tiempo y descanso, que no por falta de ganas porque esta ventanita al mundo es la que me mantiene la salud mental y me “desatasca” las neuronas.






Viajes a países remotos donde dependes de absolutos desconocidos que son los que se van a encargar de negociarte (asignarte y tramitarte) lo más trascendental y decisivo de tu vida: tu hijo.

Ahora nos queda la lucha por nuestros hijos, la de cualquier padre o madre y una añadida: la de que nos dejen seguir adelante con nuestras familias sin más historias ni requisitos.