
Este verano de momento está transcurriendo con normalidad,
llevar a los niños a la escuela de verano de la universidad ha sido todo un
acierto, juegos, deportes, un nuevo entorno, nuevos compañeros nuevas formas de
relacionarse…
-Mira mamá esa es A.K.
- Es del cole?
-No de la universidad… ( me hace gracia que mi hija “vaya a la universidad” con 9 años)
- Y esos son sus papás?
- Si mamá..( se da cuenta del prqué se lo pregunto)
-A.K. También fue adoptada…pero ya no.
-¿Pero ya no?
-No ya no, a ella la adoptaron pero ya tiene a su familia y va al
colegio, ya no es adoptada.
Esta conversación es recurrente cada vez que nos cruzamos a
alguna niña o familia multiétnica, mi hija lo tiene muy claro: YA NO ES
ADOPTADA, mi hija es una niña que tiene familia, va al cole y tienen una vida
normal, Diana es sencillamente una niña ( no una niña adoptada) es UNA HIJA.
Diana por las tardes viene conmigo a la tienda, le he comprado cuadernillos con juegos y pasatiempos simples con dibujos bonitos, (uno
de las tres mellizas, que le encanta) y como tarea ineludible una cuenta de dividir, sumar multiplicar y restar,
cuando la ven toda aplicada en el pupitre improvisado que le tengo en la
tienda, mis clientas me regañan:
-mujer si estamos en verano,
-mujer si lo ha “sacado” todo bien.
-mujer no te da pena?
Pues no, ninguna, porque no le estoy haciendo que estudie, sino que piense, estoy intentado reforzar las
conexiones de sus neuronas, y no es ninguna metáfora.
Los caminos del pensamiento son como caminitos en la nieve
que hay que repasar una y otra vez para
que cada vez cueste menos transitar por ellos, y mi hija por la trayectoria de
su vida su campo neuronal era un páramo de hielo, tan solo estaban trazados los
caminos elementales, caminos muy básicos
para su edad, pero no es un caso aislado, eso les sucede a todos los niños que
no han sido motivados ni han tenido las suficiente estimulación neurológica como
para establecer todas las conexiones
que los niños con un crecimiento
normal, dentro de una familia y un entorno favorable, les provoca el estimulo-respuesta y que se va
reforzando a medida que pasa el tiempo y que ese aprendizaje se va reforzando,
estos son los caminitos de nieve.
Así que por las tardes
durante un rato la tengo conmigo usando el quitanieves, con una serie de
ejercicios que la ponen a cavilar, el verano pasado lo hicimos así y luego le fue
muy bien para el curso.
Así está transcurriendo nuestro verano en espera de que
pueda tomarme vacaciones, que si todo va
bien, me las tomaré a finales de agosto y estamos haciendo unos planes muy
ilusionantes, tenemos un calendario en el corcho de la cocina y cada día vamos
tachando y vemos como poco a poco se va acercando el día en que tomemos
vacaciones, ellos ya saben qué significan las vacaciones todos juntos y se
acuerdan de lo mucho que nos divertimos, lo bien que lo pasamos y a los dos les
encanta viajar, da igual si está cerca o
lejos el destino y vayamos a ver lo que vayamos a ver, todo les gusta y todo se
convierte en parque temático, hasta movernos por una ciudad en autobús o
tranvía les parece divertido.