Según una leyenda oriental muy difundida entre padres adoptantes un hilo rojo une a las personas que están destinadas a encontrarse, no importa lo lejos en espacio o tiempo que estas personas se encuentren al final acabarán por reunirse.Nosotros como pareja somos la prueba de que esto es cierto y juntos nos propusimos encontrar a la persona o personitas que nos estuvieran esperando al otro lado del hilo que a ambos nos une. Este blog pretende recoger ese camino, que hoy ya cumple tres años de búsqueda incesante e infructuosa y que se encuentra jalonada de baches, de parones y de dificultadades algunas de ellas parecen insalvables...
Se llama calma y me costó muchas tormentas. Se llama calma y cuando desaparece…. salgo otra vez a su búsqueda. Se llama calma y me enseña a respirar, a pensar y repensar. Se llama calma y cuando la locura la tienta se desatan vientos bravos que cuestan dominar. Se llama calma y llega con los años cuando la ambición de joven, la lengua suelta y la panza fría dan lugar a más silencios y más sabiduría. Se llama calma cuando se aprende bien a amar, cuando el egoísmo da lugar al dar y el inconformismo se desvanece para abrir corazón y alma entregándose enteros a quien quiera recibir y dar. Se llama calma cuando la amistad es tan sincera que se caen todas las máscaras y todo se puede contar. Se llama calma y el mundo la evade, la ignora, inventando guerras que nunca nadie va a ganar. Se llama calma cuando el silencio se disfruta, cuando los ruidos no son solo música y locura sino el viento, los pájaros, la buena compañía o el ruido del mar. Se llama calma y con