Estamos intentando enseñar a hablar a Nacho, (lleva tres meses con nosotros) ya nos entiende perfectamente se hace entender de maravilla por eso no se esfuerza a hablar y apenas dice algunas palabras, si que nos imita en sonidos: por poner ejemplos cuando le canto la estrofa de “en la granja de mi tía….” El me contesta con “ia ia ooooo…”con la entonación casi perfecta o me sorprende cantando en inglés el estribillo de la pelicula Madagascar "I like movie movie" o corea a Beyoncé en su genial "Single ladies" al tiempo que baila o chasca los dedos.También ha aprendido imitando a dar ordenes concretas: trae, dámelo, ven, a comer, a dormir, muy mal y su favorita “¿comoooooo?” Que es lo que les digo cuando le regaño a él o su hermana y me contestan de manera inadecuada, el a veces con genio y como queriendo pegar (al principio hacía ademán de morder).
A menudo le nombramos las cosas como jugando y se las hacemos repetir, y luego hacemos unas fiestas de risas y besotes si consigue nombrarlas, con la mayoría de las palabras de dos sílabas o tres si van vocales iguales (manzana, patata) no tiene problema pero si se trata de palabras de más de dos sílabas con vocales distintas o especialmente difíciles de pronunciar para el (la “r”, la “l”, por ejemplo, o silabas compuestas como “pl”, “br”, “pr” etc, por nombrar las que recuerdo) pues la cosa se complica…
Hoy estábamos haciéndonos las carantoñas de recién despertado –que para mi serán los momentos para rememorar como los más dulces de mi vida-, y el me decía : “te quelo” yo le repetía “te quiero”, el insistía : “te quelo” y yo le decía “mucho” y el coreaba “mutto”, y yo “mucho, mucho mucho!” y Nacho reafirmaba “mutto!”.
A menudo le nombramos las cosas como jugando y se las hacemos repetir, y luego hacemos unas fiestas de risas y besotes si consigue nombrarlas, con la mayoría de las palabras de dos sílabas o tres si van vocales iguales (manzana, patata) no tiene problema pero si se trata de palabras de más de dos sílabas con vocales distintas o especialmente difíciles de pronunciar para el (la “r”, la “l”, por ejemplo, o silabas compuestas como “pl”, “br”, “pr” etc, por nombrar las que recuerdo) pues la cosa se complica…
Hoy estábamos haciéndonos las carantoñas de recién despertado –que para mi serán los momentos para rememorar como los más dulces de mi vida-, y el me decía : “te quelo” yo le repetía “te quiero”, el insistía : “te quelo” y yo le decía “mucho” y el coreaba “mutto”, y yo “mucho, mucho mucho!” y Nacho reafirmaba “mutto!”.
Al ratito de este episodio y cuando le estaba preparando el desayuno, su padre ha venido a hacerle y recibir su ración de carantoñas, han empezado a jugar y como Nacho es un guasón de cuidado inducía a su padre a hacerle mas y mas cosquillas, hasta cuando ya no ha querido mas y entonces recurre a la formula de decir “papaaaaaaaaaaaaaaaaa” con un tono que suena entre un “para yaaaa”o "dejameeeee...", yo que los estaba viendo se me ha ocurrido decirle a Nacho desde el otro lado de la cocina "¿verdad que tu padre es un antipático?" Y va y me contesta alto y claro :“mutto”...
...Jajajaja, su padre y yo casi nos morimos de la risa y el al ver nuestra reacción le decía "mutto mutto mutto..." mientras Eduardo ponía una cara exagerada de enfado y seguía haciéndole cosquillas. Estos son nuestros momentos, momentos para atesorar, vividos en intimidad familiar pero que gusta mucho compartir, estas anecdotas son la sal de la vida y valen como generadores de fuerza, acumuladores de energía. Cada día somos una familia mas normalizada, hay mas complicidad entre todos, el ambiente es menos tenso y la maquinaria hay días que funciona mejor donde en lugar de castigos se consiguen avances con negociaciones, se dulcifican los pulsos y se tornan en juegos malabares, conseguimos que bajen los decibelios de las voces de estos niños nuestros -que parecen en ocasiones estar huecos por dentro-. Son días en los que las rutinas se desarrollan en calma y acaba el día con la sensación de un poco mas de orden en este caos, y recuerdas la anecdota de la mañana y te hace pensar que todos hemos aprendido algo en ese día, que no ha sido un día de descontar sino para contar, y por eso yo lo contabilizo como un precioso dia..."mutto".